El Wing Chun Kung Fu es un sistema marcial chino, proveniente del sur de ese país, y de origen budista, el cual trabaja a distancias cortas respecto al rival y que encuentra el hueco entre los movimientos con los que el oponente realiza una fuerza contraria hacia nosotros. Las ideas básicas son la línea recta y el minimalismo de movimientos, con el fin de ser eficiente, simple, y directo. Es un sistema de combate cuerpo a cuerpo que utiliza los medios mecánicos del cuerpo con el fin de no ser necesario disponer de fuerza bruta para derrotar al enemigo. Se basa en los principios de la tradición cultural china.
Las técnicas de estilo han sido mejoradas y estructuradas a lo largo de los años para hacer el sistema más práctico y útil y descartar las florituras. Este arte con objetivo de defensa personal que cuenta con más de 400 años de existencia, gozó de mayor expansión y fama debido al actor y practicante de artes marciales Bruce Lee, el cual fue discípulo de Yip Man (considerado el padre del Wing Chun moderno).
Se podría decir que este estilo de kung fu está compuesto por técnicas y movimientos científicos de lucha, los cuales han ido transmitiéndose a lo largo de la historia pasando de generación en generación. Además se le conoce también como «el estilo vivo» porque esas técnicas constantemente son corregidas y mejoradas. Un cuerpo equilibrado tiene la capacidad de ser más veloz, por lo que mantenerlo en la lucha sin oponerse a la fuerza contraria (que además puede ser superior a la nuestra) es fundamental. A veces se cree erróneamente que se trata de usar la fuerza del oponente en su contra, pero esto no es del todo correcto, sino de ser capaces de ceder lo justo como para que nuestro brazo rebote (como si de un muelle se tratara) consiguiendo así ocupar el centro y ser los dueños del mismo. Es fundamental practicar la habilidad de notar la fuerza y presión del oponente para saber moverse realizando el «efecto muelle» si nos hacen presión hacia un vector concreto.